Primero diremos que el origen de la masonería se halla en los gremios medievales de la construcción. Encontramos alusiones a los constructores en los símbolos masónicos: la escuadra y el compás. También existían los grados de la masonería: aprendiz, compañero, maestro, intendente de fábrica (se llama fábrica a las obras en construcción), gran maestro arquitecto, etc. Por otra parte, la palabra masón, tanto en francés (maçon) como en inglés (mason) significa albañil. El término logia, que actualmente designa a las cofradías de masones, aludía en su origen a las construcciones de madera que se levantaban al pie de la obra, en las cuales los albañiles especializados trabajaban durante el invierno y los días de mal tiempo. Ellas funcionaban como clubes de albañiles; allí se descansaba, se conversaba y se discutían temas del oficio.
Existe un sinfín de mitos que contaban que en los clubes de masones se realizaban ceremonias de carácter satánico, pero esto no era verdad, la gente pensaba eso solo por lo secreto de este grupo. Pero ¿qué hay de los secretos? En muchos documentos de los gremios de la construcción medievales se recomienda a sus miembros no revelar secretos referentes al oficio. En otros, la existencia de los mismos se da por sobre
entendida.
Los conocimientos sobre los cuales se sugiere tácitamente mantener la discreción no son más que las mañas propias de su menester. Por ejemplo en el caso de los morteleros éstas podrían ser, por ejemplo, las dosificaciones de las mezclas; en el de los canteros, la forma de labrar las piedras de modo tal que su grano conserve en la construcción la misma posición que tenía en el lecho de la roca; etc.
Pero este llamado a la discreción era común a casi todos los gremios medievales especializados. Su propósito era el de evitar la difusión de los pequeños secretos del oficio que pudieran generar una competencia indeseable y de menor calidad.1
En otros documentos se recomienda -entre otras cosas- mantener la discreción sobre todo lo sucedido y oído en las logias. Esto, que pareciera encubrir ritos esotéricos, no busca otra cosa que evitar que los comitentes se enteren de cuestiones internas de la obra que no sería prudente que llegaran a sus oídos. Los secretos (conocimientos de construcción) que se manejaban entre los masones, fueron de gran ayuda para ellos cuando la peste negra ataco a Inglaterra. Cuando esta epidemia azoto esta región de Europa, cobro la vida de entre un tercio y la mitad de su población, entonces la mano de obra sobreviviente adquirió, por su escasez, un fuerte poder de negociación. Ello generó un considerable aumento del costo de la mano de obra y ocasiono que los gobernantes de esa época tuvieran que pagar lo que fuera para que los constructores pudieran hacer lo que ellos necesitaban.
Pero había un secreto importante que se guardaba bajo siete llaves, y que era el secreto de los masones. Éste no tenía nada que ver con cuestiones políticas ni con las mañas del oficio. En la Edad Media, debido a que las medidas variaban de un lugar a otro, los planos se hacían sin cotas ni escalas. Ni siquiera se consignaban módulos en los mismos. Sólo se establecía en la obra un módulo base, materializado en una vara de madera cuya medida era determinada in situ por el arquitecto. Todo el edificio s
e construía a partir de proporciones partiendo de ese módulo. Éstas se basaban en formas geométricas abstractas cuyas propiedades era indispensable conocer para poder llevar a cabo la edificación. Los patrones para proporcionar los edificios estaban someramente señalados en los planos o eran transmitidos oralmente.2
Generalmente, las plantas estaban regidas por relaciones de cuadrados (ad quadratum) y las elevaciones por triángulos (ad triangulum). Las propiedades de estas figuras eran conocidas desde la antigüedad; de hecho, ya Platón hablaba de ellas. Éste era el verdadero secreto de la masonería medieval: el conocimiento del método que permitía decodificar los planos y esquemas geométricos para poder levantar la construcción. Gran parte de la belleza de las catedrales medievales la debemos a estas relaciones matemáticas que
se ocultan tras las formas.3
Algunos ejemplos de construcción que se realizaron gracias a este método fueron las catedrales francesas que están diseñadas con triángulos equiláteros.
Pero ¿de dónde sacaron los constructores medievales estos conocimientos de geometría? Se sabe que, después de la caída del Imperio Romano, muchos conocimientos de la antigüedad se perdieron. Sin embargo, en la Baja Edad Media, gran parte del saber antiguo volvió a Europa de la mano de las traducciones de los clásicos efectuadas por los árabes. La transmisión cultural se producía en la península ibérica - dominada en parte por los califas musulmanes- y luego se difundía en las universidades y escuelas europeas. Por otra parte, los constructores ya habían redescubierto empíricamente algunos de aquellos conocimientos.
El gremio de la construcción -la masonería- se fue ampliando gradualmente. Primero fueron aceptados los hijos de los miembros, posteriormente los funcionarios reales que inspeccionaban las construcciones. Hasta que, al final, se aceptaba a casi cualquier persona de prestigio. Durante los siglos XVI y XVII las logias masónicas crecieron enormemente gracias la propagación de sus leyendas. En 1717, se unifican las cuatro principales logias inglesas. Se considera que este acontecimiento marcó el fin de la masonería operativa, dando comienzo a la masonería especulativa. Ésta ya no tendrá ninguna relación con la construcción y sus objetivos serán más bien sociales y, ocasionalmente, políticos.
Imágenes
-Escudo Masonico. La Masonería parece proceder directamente del Temple a través de los gremios medievales de constructores y canteros.
-Catedral de Milán. Reconstrucción de Cesariano de la sección transversal.
Referencias
1 Paul Frankl (fecha de publicación)The secret of the mediaeval masons, lugar de publicación, editorial
2 Erwin Panofski (1945) "titulo del artículo" en The Art Bulletin, vol. XXVII No. 1, marzo, lugar de publicación, editorial, pp. 46-64.
3 Amparo Graciani (fecha de publicación) La Tecnica de la Arquitectura Medieval, lugar de publicación, universidad de Sevilla.